Búrlese usted de la inocencia del contador, que el domingo por la noche soñaba con una cuenta en ceros.
El día de hoy fue el día de Claudia Coronado Puentes. Si bien los contadores no son propensos a las emociones, la historia de esta muchacha de 22 años que cuida niños ajenos en su casa para vivir, y cuyo marido es solicitado por un comando y pasado por las armas en pleno patio de la casa mientras ella se interpone y se sacrifica buscando protegerlo con su cuerpo, funde el corazón del contador más cuadrado. ¿Y de qué sirven sus lágrimas, señor contador? Bueno, primero prueban que en este mundo donde sobran series policiacas y falta humanidad, el contador aún es capaz de conmoverse. Conmoverse, verbo humano si los hay. Segundo, las lágrimas son la demostración química de que el contador sigue vivo. Dadas las circunstancias, no es poco.
Fue también un día de topónimos: el nombre del lugar. Los cuerpos de las víctimas caen sobre una tierra con nombres de una belleza ajena al horror: Loma de Lima, Huetamo, San Francisco, El Roble, La Teja, la calle Dalia, el municipio de Elota, la hacienda Andalucía, la calle Magnolia: topónimos buenos para todo, menos para morir. O nombres rimbombantes, patrioteros, ultraseguros de sí mismos, cuya pertinencia histórica estas muertes violentas vienen a contradecir: colonia Tierra y Libertad, Terrenos Nacionales, monumento a los Agricultores, Artículo 123. Mire donde venimos a morir, mi contador: justo sobre un artículo de la Constitución. Y también están los nombres de mal agüero, aquellos que reciben al finado con los brazos abiertos: avenida Escaramuza, bulevar Pancho Villa.
Ha sido también un día de dudas metodológicas. ¿Qué víctimas incluir? ¿Sólo aquellas de la violencia ligada al narcotráfico, o también las otras, las de siempre, los asesinatos de corrido y nota roja, los hermanos que se matan jugando cartas, el borracho que muere de un golpe de caguama, o aquel otro al que asesinan con un picahielo por no haber pagado los 5 pesos que cuesta la meada en el baño del bar. El contador se decide por un amplio espectro que a la vez respeta el proyecto original de Mayra Barraza en el Salvador. La hipótesis: el holocausto empieza con un primer muerto, lo demás son escalas geométricas, que no éticas. Hermanar en la lista al velador que matan a golpes en Tuxtla Gutiérrez con los paramilitares uniformados que protegen a los Zetas es decir: el germen de la violencia no se circunscribe al narco: el embrión se gesta en sociedad, en el machismo y el clasismo ambiente, en la desigualdad y la marginación. Pero el contador no es sociólogo: sus hipótesis son modestas.
Segunda duda metodológica: ¿cómo contar la violencia? El contador ofrece aquí una guía de estilo para futuros contadores: empezad por el lugar, luego la fecha, los nombres y las edades (espacio, tiempo y persona: nuestras tres dimensiones), para proseguir con una prosa que privilegie los verbos en presente. Trampas estilísticas para lograr el efecto: no señor, estos muertos no son pasado ni polvo ni ceniza: estos muertos son nombres vivos, sujetos de predicado activo, reclamos por un país sin comandos emboscados en las alamedas. Un país en donde los artículos de la constitución dejen de ser ornamento urbano, esquinas de mala muerte, y se transformen en causas eficaces: fuentes civilizadas, armas de paz.
Perdonarán los lectores la verborrea del contador. Ante tan siniestra labor, el contador confunde el blog con un diván. Tengan ustedes buenas noches.
Jorge Harmodio
Jorge Harmodio
La labor del contador es fundamental, nombrar los cuerpos no dichos y el horror, nos permite dar palabras a lo que va minando el futuro...gracias por el esfuerzo, felicidades por la iniciativa...
ResponderEliminarEn poco más de 24 horas en Colima: 8 Muertos
ResponderEliminar-Domingo 19 de septiembre: Dos individuos son muertos a tiros en la comunidad de Suchitlán y
no más en la cd. de Villa de Alvarez
-Lunes 20: Matan a 4 en el interior de un depósito de vinos en Manzanillo, Col. y uno
más en Cuauhtémoc.
Fuente: www.colimanoticias.com
Saludos y excelente portal.
por que no dicen cuantos muertos ha habido en San Luis Potosí?, aqui nunca dicen nada, "nadie sabe nada", supuestamente pero nosotros como cualquier ciudadano nos damos cuenta de lo que pasa en las calles, se corre la voz...
ResponderEliminarSi saben de muertes por violencia que no hayan sido reportadas en este sitio, péguenlas como comentarios en este blog o envíenoslas a menosdias@gmail.com
ResponderEliminarTodo le es permitido al contador. Y lo más importante es que se atreva a hablar del dolor que produce contar cada asesinato. Que el contador nos siga contando sobre su dolor y sobre el dolor de los que cuenta.
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